El balompié es una gestión ganancial que está estabilizada dentro de nuestra política capitalista en donde a los deportistas se les enaltece enormemente y por supuesto ganan grandes cantidades de dinero, un encuentro futbolísitico ha llegado a ser un entretenimiento donde jugadores y aficionados en ciertos casos su actitud deja mucho que desear.
El acaloramiento junto a el apasionamiento por este deporte con botas de futbol han inducido a que gran cantidad de críticos lo vean como una exhibición con un cierto matiz de espiritualidad. El futbol desencadenacomportamientos violentos y por supuesto se mueven cantidades de dinero sobrecogedoras.
Este deporte diremos que es un interés que implica a las televisones, los periódicos, la radio e internet al igual que el estado y las sociedades logrando un conglomerado que se acerca a el delirio.
Este entrenimiento, que va a consistir en patear una pelota, en realidad es el entretenimiento esencial de multitud de simpatizantes, llegando a ser el tema principal de conversación en los acercamientos de todos los días. Cuando el encuentro resulta ser muy importante, en determinados lugares se suspenden espectáculos y actividades educativas, y por supuesto autobuses, taxis y metros.
En ningún caso existiría este juego sin la tele ya que ha llevado a este deporte a la cúspide siendo la ocupación primordial que permite que nos olvidemos de los problemas del día a día.
Lo sigue tantísima gente, que presidentes sin prejuicios se valen de esta situación cuando desean relativizar los reveses que existen en esos estados de lidersport. El balompié ha logrado convertirse en un remedio que nos hace evadirnos de nuestras desgracias, no únicamente mientras dura la competición, sino además momentos antes y más tarde en realidad es nuestro asunto principal para hablar.
Los preparadores y futbolistas de los campeonatos más importantes, son como dioses alabados por los espectadores, y podemos verlos en tareas publicitarias y también ayudando a corporaciones con finalidades solidarias, no obstante todos los directivos de las selecciones amparados por los jefes de los distintos medios de comunicación intensifican divisiones entre aficionados de los diferentes equipos para manipular a los ciudadanos de modo que al final se convierta en el suceso más discutido del día que trae consigo tal cantidad de publicidad que genera dinero a los coordinadores de este deporte.
Lo penoso de este entrenimiento diremos que son algunos seguidores llamados radicales que tratan de hacer de la diversión un acto vandálico. Las autoridades y los directores deportivos desean acabar con dichos desacuerdos de espectadores y sin duda apartarlos de los campos destinados a este deporte.
A pesar de estas pegas el fútbol ha llegado a ser la distracción más famoso del planeta, y aislando todo este interés comercial, contemplar a unos niños en un campo distrayéndose con una pelota y además haciéndose sus propias porterias, nos parece entrañable, pues aquello que observamos suele ser trabajo en grupo y apego.
Por lo tanto de cara a terminar podemos afirmar que cuando hay dinero de por medio cualquier deporte va a ser lucro y por supuesto ya no es un entretenimiento ameno.